La Comunidad de Madrid cuenta con varías Vías Verdes y entre ellas está la denominada del Tren de los 40 días. Se trata de una línea férrea construida por el gobierno de la Segunda República en 1938 y que hoy se ha acondicionado para que pueda realizarse a pie o en bicicleta. Este itinerario lineal discurre entre las localidades de Carabaña y Estremera, tiene 14 kilómetros de longitud y nos permite apreciar el paisaje estepario y agrícola que rodea los ríos Tajuña y Tajo. 

El clima soleado de esta primavera nos invita al paseo y al encuentro con la naturaleza. En esta época del año las Vías Verdes son una excelente alternativa para disfrutar en familia al aire libre, siempre que vayamos protegidos del sol, con calzado adecuado y ropa cómoda y bien avituallados de comida y agua para mantenernos hidratados en todo momento. 

Se trata de itinerarios que han sido acondicionados siguiendo el trazado de alguna antigua línea férrea y que son fáciles de realizar por personas de todas las edades y de todas las condiciones de movilidad, ya que los niveles de pendiente y dificultad son escasos y el firme carece de obstáculos.

En 1993 en España existían más de 7.600 kilómetros de vías férreas que no tenían servicio de trenes o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción, un patrimonio de gran valor ambiental, turístico y cultural que está siendo rescatado a través del Programa Vías Verdes.

De esta forma estos trazados han sido acondicionados por diferentes Administraciones para que puedan recorrerse a pie o en bici, de forma que actualmente contamos con 3.200 kilómetros de Vías Verdes.

El Tren de los 40 días

Trazado: Carabaña – Estremera

Longitud: 14 km

Desnivel: 156 metros

Dificultad: Media-Baja

Esta Vía Verde comienza en la localidad de Carabaña y en sus inicios sigue el curso del arroyo Cañizales. Antes de llegar al trazado original del Tren de los 40 días tenemos que salvar el río Tajuña a través de un histórico puente del siglo XVI. En este comienzo la Vía Verde del Tren de los 40 días coincide con la Vía Verde del Tajuña que se dirige hacia Ambite y discurre paralela a la M-221.

El ferrocarril estratégico Torrejón-Tarancón, conocido durante la Guerra Civil como la “Vía Negrín”, tenía 91 kilómetros y entró en servicio a mediados de 1938 con el objetivo de unir Madrid con la zona republicana de Levante. 

Tras la Batalla del Jarama la capital se encontraba prácticamente cercada y era urgente encontrar una nueva salida hacia Levante y Andalucía. De ahí que las autoridades republicanas contemplaran la construcción de esta línea férrea en un plazo de tiempo de cuarenta días, que finalmente fueron cien.

En las obras llegaron a participar hasta 10.000 obreros, que consiguieron que entrara en funcionamiento el 11 de junio de 1938. El último tren circuló por estas vías el 7 de abril de 1939. Ya a finales de 1940 se procedió al desmantelamiento del tramo Mejorada-Tarancón, mientras que el tramo Torrejón-Mejorada pasó a depender de la Compañía Azucarera de Madrid.

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Nos ponemos en camino

La Vía Verde del Tren de los 40 días tiene aproximadamente 14 kilómetros de longitud y se distingue fácilmente por su asfalto rojo. La vía se encuentra perfectamente adaptada para hacerse a pie o en bicicleta, permitiéndonos realizar un cómodo y apacible paseo por el paisaje agrícola y estepario del sureste madrileño. El desnivel máximo es de 156 metros.

Antes de ponernos en movimiento hay que tener en cuenta que esta ruta no es circular. Esto significa que si llegamos en coche a Carabaña y hacemos a pie los 14 kilómetros que nos separan de Estremera, tendremos que reandar el camino para regresar de nuevo a Carabaña. Serán 28 kilómetros.

En el kilómetro 8,2 existe un área de descanso donde esta Vía Verde coincide con el trazado de la Cañada Real Soriana Oriental, una vía pecuaria trashumante sobre la que podemos conocer más a través de los paneles informativos que existen en este punto. 

Se trata de un buen lugar para hacer un alto en el camino y plantearse el regreso. Serán unos 16 kilómetros. Pero lo bueno de esta Vía Verde es que puede adaptarse a nuestros deseos y estado físico, así que si decidimos darnos la vuelta antes podemos hacerlo sin ningún problema y probar suerte en otra ocasión.

Tras esta área de descanso la Vía Verde deja la cuenca del Tajuña para adentrarse en la del río Tajo, descendiendo en dirección a Valderacete “el valle de la casa del aceite”, para un par de kilómetros después llegar a Estremera casi en el límite con Castilla La Mancha.

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