A mediados de mayo Madrid presenta su cara más festiva cuando los madrileños celebramos a nuestro patrón, San Isidro. En 2019 hubo más de doscientos eventos, desde lo más castizo a lo más contemporáneo, con diecinueve escenarios que llenaron la ciudad de cultura y alegría a lo largo de seis días. Las fiestas se suspendieron en 2020 por la pandemia de Covid-19, unas celebraciones que en este 2021 tampoco serán como todos deseamos.
Fue en 1622 cuando el Papa Gregorio XV realizó una gran canonización de santos españoles, entre ellos el milagroso San Isidro. La beatificación del santo madrileño se produjo un 15 de mayo, fecha en la que a partir de entonces los madrileños celebramos la festividad de nuestro Patrón, al que en 1960 otro Papa, Juan XXIII, le otorgó el título de patrón de los agricultores (San Isidro Labrador).
Cuenta la historia que San Isidro nació en torno al año 1082 en el “Mayrit” musulmán y que vivió en los arrabales de San Andrés (en el actual barrio de La Latina), justo donde hoy se levanta el Museo de San Isidro y que en el pasado fue el lugar donde estuvo la Casa de los Vargas, los señores para los que San Isidro trabajaba como agricultor.
Se dice que en esa misma casa murió nuestro Patrón un 30 de noviembre de 1172.

Un santo muy milagroso
A San Isidro se le atribuyen nada más y nada menos que 438 milagros, casi todos ellos relacionados con el agua, como por ejemplo el de salvar a su hijo Illán de morir ahogado en un pozo haciendo que el agua subiera hasta el mismísimo brocal. Por cierto, ese pozo todavía se conserva y puede verse en el Museo de San Isidro.
Justo al lado del museo se encuentra la Real Iglesia de San Andrés Apóstol, una de las mas antiguas de Madrid, y dónde inicialmente fue enterrado San Isidro, aunque desde allí su cuerpo sería trasladado hasta la Real Colegiata de San Isidro, en la calle de Toledo, en el año de 1769.
Dónde está enterrado San Isidro
De estilo barroco y construida por arquitectos jesuitas que siguieron el modelo de la Iglesia de Gesú en Roma, la Real Colegiata de San Isidro es uno de los edificios más representativos de la arquitectura religiosa madrileña del siglo XVII.
Tras la expulsión de los jesuitas el rey Carlos III decidió que esta Real Colegiata quedara bajo la advocación de San Isidro, ordenando también el monarca el traslado de los restos de su esposa, Santa María de la Cabeza, desde el Oratorio de la Casa de la Villa. Hay que recordar que hasta 1993 la Colegiata de San Isidro fue la catedral provisional de Madrid.
La ermita y la pradera

En la margen derecha del Manzanares, en el distrito de Carabanchel, concretamente en el Paseo de la Ermita del Santo, es donde se alza la ermita de San Isidro, construida en 1725 durante el reinado de Felipe V en el mismo lugar donde una calurosa tarde de verano el santo hizo brotar agua al chocar su vara contra una roca. Esta fuente cuyas aguas se consideran milagrosas solo abre al público durante las fiestas de San Isidro.
En esa misma zona se encuentra la Pradera de San Isidro, lugar donde a partir del siglo XVII los madrileños comenzaron a acudir en romería todos los 15 de mayo, una tradición que ha quedado inmortalizada en los cuadros de Francisco de Goya.
Madrid y sus tradiciones
El 15 de mayo y los días previos a esta festividad muchos madrileños festejan a su Patrón vestidos como manda la tradición, con mantones de Manila las mujeres y con chalecos y parpusas los hombres, disfrutando en la Pradera de San Isidro de una comida al aire libre y para merendar las tradicionales “rosquillas del santo”, que pueden ser Listas (con glaseado), Tontas (sin nada por encima) de Santa Clara (recubiertas con una capa de merengue seco) o Francesas (recubiertas de almendra), y regadas con la limonada típica de Madrid, que es más bien una especie de sangría puesto que incluye vino, limón, azúcar y manzana troceada.

Las fiestas
La festividad de San Isidro se celebra en Madrid a lo largo de seis días, que comienzan con el tradicional pregón en la Plaza de la Villa, que suele estar a cargo de alguna personalidad con arraigo en la capital.
Antes de la pandemia y de las restricciones sociales el tradicional pasacalles de Gigantes y Cabezudos daba comienzo a un amplio programa de eventos en diferentes escenarios, además de los ya citados de la Pradera y la Ermita de San Isidro, a los que había que sumar los famosos festejos taurinos que se celebraban en la Plaza de Toros de Las Ventas.

Ermita del Santo. Paseo de la Ermita del Santo, 72. Entrada gratuita. Abierto todos los días de 10 a 14 horas.
Museo de San Isidro. Plaza de San Andrés, 2. Entrada gratuita. Abierto todos los días (menos los lunes) de 10 a 20 horas.
Iglesia de San Andrés. Plaza de San Andrés, 1
Real Colegiata de San Isidro. Calle Toledo, 37.