Federico García Lorca llegó a Madrid en 1919 con veintiún años y vivió en la capital hasta casi el comienzo de la Guerra Civil. En la Residencia de Estudiantes y en las tertulias del Café Lion el poeta granadino coincidió con buena parte de los intelectuales de su época y fue en Madrid donde estrenó su primera obra teatral, donde escribió sus poemas y sus piezas teatrales, donde fundó el grupo universitario La Barraca y donde su «duende» adquirió dimensión universal.

Este año se cumple el 85 aniversario de la muerte de Federico García Lorca. El poeta granadino llegó a Madrid en noviembre de 1919 con tan sólo veintiún años y fue en esta ciudad donde su figura adquirió renombre universal.

Fernando de los Ríos fue la persona que convenció a los padres de Federico García Lorca para que le dejaran viajar a Madrid e instalarse en la Residencia de Estudiantes, un hervidero intelectural donde el poeta vivió hasta 1926.

Entre 1933 y 1936 Federico García Lorca vivió en la calle Alcalá, 96, en la séptima planta de una casa que todavía conserva en su fachada la placa que recuerda a los transeúntes que allí vivió el autor de “La casa de Bernarda Alba”.

La Residencia de Estudiantes

Inaugurada en 1915 y situada en los Altos del Hipódromo (la “Colina de los Chopos” como la bautizó Juan Ramón Jiménez), la Residencia de Estudiantes estaba dirigida en aquella época por Alberto Jiménez Fraud, y en su junta directiva figuraban, entre otros, Ramón Menéndez Pidal y José Ortega y Gasset.

Los Altos del Hipódromo estaban en la zona en la que hoy se levanta el Museo de Ciencias Naturales o la Escuela de Ingenieros Industriales y se llamaban así porque enfrente, donde hoy vemos los Nuevos Ministerios, se ubicaba el viejo hipódromo de Madrid.

Fue en la Residencia de Estudiantes donde García Lorca coincidió con figuras como Luis Buñuel, Rafael Alberti, José Bello, Jorge Guillén, Severo Ochoa, Juan Ramón Jiménez o Salvador Dalí. En aquellos años por el salón de conferencias de la Residencia de Estudiantes pasaron científicos, artistas, músicos y escritores, como Albert Einstein, Henri Bergson, Paul Valéry, Marie Curie, Le Corbusier, Santiago Ramón y Cajal, Igor Stravinski o Max Jacob.

En la actualidad la Residencia de Estudiantes continúa existiendo en el mismo lugar manteniendo su labor docente y divulgativa. Su gestión depende en la actualidad del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en 2015 recibió el Sello de Patrimonio Europeo.

Las tertulias del Café Lion

Durante los años que Federico García Lorca vivió en Madrid, el poeta, escritor y dramaturgo también fue un apasionado de las tertulias en los cafés que por entonces abrían sus puertas en la capital y que eran lugar de encuentro habitual para todo tipo de intelectuales. Uno de los cafés más famosos era el desaparecido Café Lion, situado en la calle Alcalá, 59.

El Café Lion se inauguró en octubre de 1931 y sus propietarios eran los mismos que en aquel momento dirigían el Café Lion d´Or (c/ Alcalá, 18). En sus sótanos el Café Lion contaba con un elegante y muy selecto “salón alemán”, un lugar más conocido en los ambientes madrileños como “La ballena alegre” (Zum Lustigen Walfisch).

El Café Lion desapareció en 1993.

El teatro de Lorca en Madrid

Federico García Lorca estrenó “El maleficio de la mariposa” en 1920 en el Teatro Eslava. Aquella primera obra escrita en verso y protagonizada por cucarachas y una mariposa no tuvo mucho éxito, al contrario de lo que sucedería con el estreno de “Yerma” en 1934 en el Teatro Español.

Pero una de las mayores aportaciones de Federico García Lorca fue la creación del grupo teatral universitario La Barraca, que representó obras del teatro clásico por todo el país, incluso en los pueblos más recónditos, y que fue presentado oficialmente en el verano de 1932 en la Universidad Central de Madrid (hoy Universidad Complutense).

La última función del grupo La Barraca fue en la primavera de 1936 en el Ateneo de Madrid (c/ del Prado, 21)

Homenaje en la Plaza de Santa Ana

La ruta dedicada al paso de Federico García Lorca por Madrid la finalizamos en la Plaza de Santa Ana. Es allí, frente al Teatro Español, donde desde 1984 se erige una estatua en bronce con la que Madrid recuerda a Federico García Lorca y que sirve de símbolo de la importancia que la ciudad tuvo en su vida y en su obra.

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