Madrid sigue conservando las cuatro puertas monumentales que se construyeron en la capital entre los siglos XVIII y XIX. Las más icónicas son la Puerta de Alcalá y la Puerta de Toledo, convertidas hoy en símbolos visuales y turísticos de nuestra ciudad. Desde Madrid en Tercera os proponemos un paseo para conocer el póker de puertas monumentales de Madrid.
Entre los siglos XVIII y XIX en Madrid se construyeron cuatro puertas de carácter monumental, dos de ellas obra del ingeniero italiano Francesco Sabatini. Estas puertas son la Puerta de Alcalá, la Puerta de Toledo, la Puerta de San Vicente y la Puerta de Hierro.
La más antigua de todas es la Puerta de Hierro, que servía de acceso al Real Sitio de El Pardo. En aquel momento, esta localización era coto de caza para la realeza y sus invitados. Por el contrario, la más actual de este póker de puertas monumentales de Madrid es la Puerta de San Vicente, que fue reconstruida en 1995.
Ruta por el póker de puertas monumentales de Madrid

Puerta de Alcalá
Empezamos nuestra ruta por el póker de puertas monumentales de Madrid por la céntrica Puerta de Alcalá. A su vuelta de Nápoles en diciembre de 1759 para ocupar el trono del fallecido Fernando VI, el rey Carlos III comprendió la necesidad de sustituir el viejo arco existente en la calle de Alcalá desde el siglo XVI, y en su lugar construir una puerta monumental que sirviera para destacar la importancia de Madrid y de su corte.
Aplicando un estilo neoclásico Francesco Sabatini fue el arquitecto encargado de realizar la actual Puerta de Alcalá. Esta fue inaugurada en 1778 como uno de los primeros arcos del triunfo que se erigían en Europa y servía de entrada en la capital a los viajeros que llegaban desde la zona norte y Aragón.
Desde entonces, la Puerta de Alcalá se ha convertido, junto con la próxima Fuente de Cibeles, en uno de los principales símbolos icónicos de Madrid. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1976 y desde 2021 también forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Puerta de Toledo
Esta puerta data del primer tercio del siglo XIX y servía de entrada a la capital por el Camino Real de Andalucía. Fue diseñada por el arquitecto Antonio Aguado y oficialmente erigida para conmemorar la independencia española tras la ocupación francesa.
Aunque la historia afirma que la Puerta de Toledo se construyó en honor del rey Fernando VII, hay expertos que defienden que fue José Bonaparte el que encargó su construcción. Sin embargo, este proyecto más tarde lo abanderarían los responsables democráticos surgidos de las Cortes de Cádiz.
En 1827, ya con Fernando VII de regreso en España y con la Constitución de Cádiz de 1812 abolida, su construcción se finalizó en honor del monarca. Los vaivenes políticos le valieron a la segunda puerta del poder de puertas monumentales de Madrid el apodo de la “chaquetera”.

Puerta de San Vicente
Terminada de construir en 1775 por Francesco Sabatini, esta puerta servía de entrada a Madrid desde Extremadura. Anteriormente, en esa misma zona se levantó otra puerta que el Marqués de Vadillo encargó a Pedro de Ribera y que estaba ornamentada con una imagen de San Vicente, lo que explicaría su nombre.
Dicha puerta fue derribada en 1770 con el objetivo de reordenar los accesos al Palacio de Oriente y fue el término de las obras cuando Carlos III ordenó la construcción de una nueva puerta.
En 1892 la Puerta de San Vicente se desmontó para ser reconstruida más tarde en 1995 aprovechando muchos de los materiales de la puerta original de Sabatini. Para ello se aprovechó una vieja instantánea del fotógrafo francés de Jean Laurent. La mayor modificación fue su orientación para que mirara hacia la Plaza de España en vez de hacía el río Manzanares.
Hoy podemos admirar esta puerta-réplica en la Glorieta de San Vicente, junto a la Estación del Norte o de Príncipe Pío y muy próxima a Madrid Río.

Puerta de Hierro
La última de las puertas del de la ruta del póker de puertas monumentales de Madrid se construyó entre 1751 y 1753. Sin embargo, su razón de ser poco tenía que ver con la entrada y salida de la Villa y la Corte.
En aquel momento el coto de caza del Real Sitio de El Pardo, muy frecuentado por Fernando VI, estaba delimitado por una valla perimetral. El acceso de la realeza al mismo era a través de la Puerta de Hierro. Esta puerta era conocida así porque los tres vanos estaban cerrados por verjas de hierro forjado.
La actual ubicación de la Puerta de Hierro, en una rotonda donde se entrecruzan la A-6 y la M-30 no es la original, dado que en su momento fue necesario desplazarla por necesidades del tráfico.
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